El maestro internacional Alejo De Dovitiis nació en Buenos Aires, en los albores de la efervescencia ajedrecística del match Fischer-Petrosian, es abogado especializado en temas empresariales, autor de seis libros y conductor de un reconocido programa radial llamado «Ajedrez y Empresas»

Estimado Alejo: muchas gracias por aceptar esta entrevista para nuestra página web

Háblanos por favor de tus comienzos frente al tablero:

Alejo: «Aprendí a jugar gracias a compañeros de la escuela a los 9 años, a los 10 ya mis padres me llevaron (por pedido mío) al Club Argentino de Ajedrez.»

¿Cómo pasaste del entretenimiento a la competencia?

Alejo: «Es un proceso natural donde uno aprende y asimila los procesos emocionales de las victorias y de las derrotas, muy necesarias para poder superarnos en el plano personal, profesional y deportivo.»

¿Qué sensación causa perder en este juego?

Alejo: «Igual que en otros, la diferencia es que quizás el duelo lo debas hacer ¡en una sola movida! Ha sido emocionante ganar partidas y campeonatos, como también echar todo por la borda en la jugada 40 contra un gran ajedrecista como Joël Lautier, en un mundial sub-14.»

¿Para qué sirve ser coach en ajedrez?

Alejo: «Para entender desde otra perspectiva el asunto crucial de las fortalezas y debilidades: los trebejos tienen su F.O.D.A.»

Y en este mundo de 64 casillas ¿Cómo encajan las empresas?

Alejo: «Ello nace en mi mente mientras cursaba el MBA. ¿Cómo semejante caudal de táctica y estrategia no iba a conjugar con el management, microeconomía u otras áreas de las organizaciones?»

¿Cómo sería el derrotero del ajedrez empresarial?

Alejo: «Tú, yo y otros pocos lo estamos haciendo…El ajedrez debe insertarse en el día a día de las empresas para ofrecer nuevas líneas de pensamiento y de pequeñas soluciones. Estamos en un océano azul…todo por descubrir y crear, pero no hay modelos puntuales que sirvan de guía.»

Cómo llegas de aquellos estudios, de tus experiencias en distintos ámbitos a tener un programa de radio o hacer un libro en la materia?

Alejo: «Ya siendo profesor, comentarista en el principal club virtual ICC o gran oyente de radio, queda claro que me apasiona decir, comunicar. La labor radial suma mucho a mis trabajos previos gracias a la riqueza de los invitados que por suerte pude tener (GM Panno, GM Pichot entre muchos maestros, empresarios, ejecutivos, economistas, psicólogos, periodistas y casi todas las ramas del saber)»

¿Y entonces llegas a Tablero y estrategia en la toma de decisiones?

Alejo: «El Consejo Profesional de Ciencia Económicas de la ciudad de Buenos Aires (un ente con casi 100.000 matriculados) confió a través de su editorial EDICON en publicar esa obra de mi autoría. Ahí confluyen el ajedrez (con sus planes, sus tácticas, sus criterios prácticos), la abogacía (con el uso de la analogía, el poder de la negociación), las empresas (con toda su realidad que abarca distintas áreas que actúan en base a objetivos comunes), otros deportes (con sus ejemplos aplicables en el mundo negocial) y por qué no los mensajes y enseñanzas de los invitados de 6 años ininterrumpidos en la radio de Ajedrez y Empresas.»

¿Qué piensas que puede aportar el ajedrez al sector empresarial?

Alejo: «La generación y reflexión de más alternativas ante un problema; la toma de decisiones en base a intuición; la comprensión del gerenciamiento como un color de piezas que debe optimizar el juego mancomunado de todo su equipo para lograr un resultado sinérgico; la posibilidad de asociar la coordinación de fuerzas con el difícil trabajo del área de recursos humanos y tantas otras pequeñas herramientas que, no serán las solución de la rueda operativa de una compañía, pero tal vez, puedan aportar en ella un grano de arena distinto, que mejore y optimice todo lo ya pensando y proyectado por una organización.»

¿Crees ello posible?

Alejo: «Sí, debemos trabajar en ese sentido porque humildemente pienso que el ajedrez puede aportar mucho como una herramienta de usos múltiples en distintos sectores de la vida.»

Gracias Alejo, no será sencilla la tarea…

Alejo: «Sin dudas, gracias a ti por la entrevista. Ir por un camino inexplorado implica no tener huellas que guíen nuestros pasos, pero sí la convicción de que haremos un aporte que, por más pequeño que sea, ha de ser valioso. Y uso la primera persona del plural porque tú también estás en este gran desafío».