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Desde Sun Tzu hasta nuestros días la táctica y la estrategia de la guerra

Dr. Alejo De Dovitiis *

El ajedrez es un juego milenario cuyos orígenes están discutidos pero que data de varios siglos con absoluta certeza.

El juego de los trebejos engloba un importante número de estrategias (¿qué hacer?) y de tácticas (¿cómo hacerlo?) que, como la historia misma del juego, han ido evolucionando a lo largo de la historia.

El libro “El arte de la guerra” del filósofo y estratega militar chino Sun Tzu data de unos 500 años antes de Cristo y fue la primera sistematización de estrategias y tácticas preparativas para la batalla. Su idea central es dominar al adversario desde lo mental, buscando imponerse utilizando en la menor medida posible la fuerza.

Analicemos algunas máximas de esta obra milenaria:

Evaluar las condiciones para entrar en una contienda: No se puede iniciar una ofensiva sin analizar previamente si están dadas las condiciones de espacio y movilidad de las propias fuerzas y si existen debilidades en el campo enemigo las cuales sean aprovechables.

El arte supremo es dominar al enemigo sin tener que combatir: Poder vencer al rival sin tener que arriesgar piezas propias ni soportar contragolpes inesperados es una manera segura de obtener el triunfo. Para ello se debe ser cuidadoso pensando no solamente en nuestro sino en cómo neutralizar la meta adversaria.

La guerra se basa en el engaño (solapar lo que verdaderamente se está haciendo): Llevar adelante un plan sin anticiparlo al contrincante es un camino hacia el probable éxito. Mostrar de antemano nuestros objetivos facilita la labor de nuestro competidor.

Si la operación militar dura mucho tiempo el costo puede ser muy alto: En ajedrez se puede ganar un peón (la mínima ventaja material) pero habrá que sacar el costo en tiempo y en desorganización de las piezas de tal ganancia. Tiempo y material suelen enfrentarse principalmente en la apertura donde el haber desarrollado más piezas que el oponente puede desencadenar un ataque fulminante.

Si conoces a tu adversario y a ti mismo no correrás riesgo, si te conoces pero no a tu rival habrás de perder una batalla y ganar otra, si te desconoces y no sabes nada de tu oponente entonces podrás perder en cada enfrentamiento: Obtener e ir acumulando información sobre uno mismo y respecto del otro jugador (con un análisis minucioso de partidas propias y ajenas) es útil no solo para plantear la batalla sino además para tratar de anticipar que tipo de decisiones y reacciones ha de tener el enemigo antes, durante y después del combate.

Se sutil y date cuenta de lo oculto para de antemano ganar la batalla: En una partida pareja la detección de sutilezas hace la diferencia que permite ir hacia la victoria. Esos detalles suelen estar ocultos y encontrarlos ha de darte una ventaja competitiva enorme.

Para cualquier empresa el ejército debe estar bien aprovisionado: ¿Piensa iniciar un plan ambicioso en ajedrez sin sus fuerzas bien dispuestas?: lo espera el fracaso. Las piezas deben coordinar y tener relevos entre sí para poder llevar adelante la empresa trazada.

Quien conoce mejor el terreno emplea mejor sus armas: En ajedrez existen formaciones de peones típicas provenientes de ciertas aperturas que si el jugador domina sus ideas, planes y maniobras usuales entonces ha de optimizar el despliegue de sus fuerzas realizado en la primera fase del juego.

Las maniobras militares son el resultado de un plan y de una ejecución pensada. Hay que analizar la movilidad y la efectividad de las fuerzas involucradas en la operación: La táctica necesita de un plan y éste de una ejecución precisa donde ha de sopesarse la movilidad a futuro de las piezas propias y ajenas y la cantidad de efectivos disponibles en el sector de la batalla para anticipar con cierto grado de verosimilitud el suceso de la operación emprendida.

Las órdenes claras se obedecen las confusas no se entienden, aparte cuando las primeras son justas existe reciprocidad entre el líder y el grupo: Las dieciséis piezas son un equipo, si la estrategia no es clara nadie puede cumplir bien su rol útil y que redunde en el beneficio conjunto del grupo. Si el líder de una empresa no es parte de la estrategia ni de la cultura de la empresa no habrá forma de hacer que los subordinados se impliquen en esa organización con ánimo de triunfar entre todos.

A medida que los siglos fueron transcurriendo la estrategia y la táctica de la guerra fueron evolucionando más que desde lo intelectual por el desarrollo armamentístico que el mundo ha tenido, pero varias de las ideas de Sun Tzu mantienen su vigencia.

* Abogado con orientación empresarial, catedrático, escritor, Fide Trainer y maestro internacional de Ajedrez produce, conduce y dirige durante más de 4 años el programa Ajedrez y Empresas. https://ar.radiocut.fm/radioshow/ajedrez-y-empresas/

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