

Doctor José Raúl Andraca Perera

En una noche de julio, y después de sortear a pie y muy ATENTAMENTE, el intenso tráfico del emblemático (¡y caro!) barrio cultural de Greenwich Village en el sur de Manhattan, arribó por la esquina suroeste, en MacdougalStreet (acompañado de su hija, como “camarógrafa” de su performance) al Washington Square Park, el docente universitario, destacado especialista en las aplicaciones transversales del ajedrez y además, representante de la Fundación Kasparov, Carlos Maury Escalante.
Allí, en ese parque, Maury tocó esas mesas de ajedrez, donde han jugado tantas personalidades de renombre; como hace ya más de 70 años (en 1953), se veía caminar varios sábados en la mañana, al niño de sólo 10 años de edad Robert James Fischer colgado de la mano de su primer mecenas, el señor Don Carmine Nigro (Presidente del Club de Ajedrez de Brooklyn), así como posteriormente lo harían también, el director cinematográfico Stanley Kubrick, el pintor Ronald Von Ehmsen, el famoso ingeniero Bill Tompkins, o más recientemente, los deportistas Lennox Lewis, Victor Wembanyama, y por supuesto, Magnus Carlsen, Hikaru Nakamura, o un niño de 8 años que les daba una paliza a muchos de los llamados “ajedrecistas” del parque y que, quizás usted haya oído hablar de él: Fabiano Caruana.
También como continuidad de la excelente reputación cultural de ese barrio (allí vivieron artistas como Andy Warhol o Jackson Pollock), sehan filmadoen aquel lugar, grandesfilmes o TV shows, como: Barefoot in the Park, Fresh, Law & Order, I Am Legend, The Marvelous Mrs; y por supuesto, como no podía ser de otra manera: en ese simbólico parque se grabó en el icónico filme “Searching for Bobby Fischer”(1993), la famosa escena del juego blitz (“relámpago”) entre el niño Max (Josh Waitzkin) y el típico jugador “buscavidas” nombrado Vinnie (Laurence Fishburne).

El profesor Maury, llegó a los tableros de ajedrez al aire libre de ese alegórico sitio en mangas de camisa, en una noche fresca (con una temperatura promedio de 18°©), embargado de una honda emoción y con la firme intención de disfrutar de una experiencia única, y al mismo tiempo, un privilegio, al jugar con alguno de los típicos jugadores del parque.
Enseguida pudo contactar con uno de ellos – ya de la tercera edad -, protegido de la frescura de la noche con un buen abrigo blanco, voz fuerte y expresiva, con la típica disposición inicial de un “cazador” ante su “presa”.
Veamos y disfrutemos primero (antes del análisis) el vídeo de ese inolvidable blitz (al menos, para la supuesta “presa” …o sea, en este caso el Profesor Maury Escalante).
“Análisis” del vídeo.
Antes que nada, un poco de contexto: Este fenómeno de jugar ajedrez en Washington Square Park (WSP) surgió alrededor de los años 60s del pasado siglo, cuando comenzaron a reunirse allí jugadores de ajedrez, artistas e intelectuales apasionados al mismo, creándose una comunidad palpitante. El término “ajedrecista” perteneciente al WSP u a otros parques donde se juega ajedrez al aire libre en la ciudad de New York, se refiere comúnmente a los jugadores que se ofrecen a jugar por dinero, a menudo retando aficionados, estudiantes, turistas o transeúntes de paso, pero que jamás se retan entre ellos (¡son verdaderos cazadores!). Los términos que se refieren a estos “jugadores”, van desde el ya mencionado “ajedrecista” o “buscavida”, hasta los más fuertes términos de estafadores (“hustlers” o “scammers”) o embaucadores (“tricksters”); aunque algunos – los pocos – se les podría tildar de verdaderos “tramposos” (“cheaters”).
“Ellos”, sólo te ofrecen jugar por dinero partidas relámpagos o Blitz (3 a 5 minutos para toda la partida), habitualmente a 5 $, pero ante un “objetivo” flojo o tozudo … la van subiendo paulatinamente hasta los 10 $ o más. Aunque no suelen ser jugadores excepcionales, tienen muchísima experiencia en el blitz y son muy hábiles en lo que hacen, y según un testigo presencial (quizás una víctima de turno): “su táctica consiste principalmente en ponerte nervioso en un territorio novedoso u hostil para ti” (aclaro: si consideras la cuidad de New York como peligrosa).
Básicamente, estos “jugadores” son personas ya entradas en edad, que visten descuidadamente, mal o no rasurados y, muchos de ellos con gorros y sudaderas para protegerse del frío, y usando guantes de cuero para dar en general, una impresión de desarraigo o de ser vagabundos. Y no crea usted ni por un segundo, que los estoy describiendo bajo el sesgo cognitivo del “efecto manado” o llamado “efecto Bandwagon” …, ¡No, No!, son verdaderos “cazadores” de ingenuos aficionados o turistas de paso, para lograr sus atractivas ganancias, que en el caso de los más hábiles (Asa Hoffman es el más famosos de ellos, hasta con un libro escrito sobre este tema de los hustlers), pudiera oscilar entre los 600 a 1200 dólares por jornada.
También emplean invariablemente para DESCONCENTRARTE (antes del inicio del desafío, o colocando el tiempo en el reloj de ajedrez, o cuando estás pensando en plena partida), lo que el simpático GM norteamericano Maurice Ashley (que los disfruta ganándoles de incógnito y utilizando a veces sus propias “técnicas” disociativas … ver vídeos en las redes sociales) llama: CHARLA BASURA … con palabras (siempre en voz alta) de ofensas leves para desaprobarte si te descompones o te muestras nervioso, o cuando sueltas enfadado alguna palabrota si vas perdiendo la partida; cosa muy frecuente, por demás.
Además de su “favorito” truco de la charla basura, un “ajedrecista” del parque que se respete, jamás deja de introducir las manos hacia sus piezas constantemente, moviéndolas de un lado a otro al jugar, y diciéndote pícaramente “j’adoube”, incluso, cuando estás pensando …; “ESO”, sin contar que para ellos y allí, no se aplican jamás las sagradas reglas de la FIDE: “pieza tocada, pieza movida”,o,“pieza soltada, jugadacompletada”…
Todo esto, lo puedes apreciar fácilmente en el vídeo: Como al inicio “You be sad” o la frase “crazy, men” repetidamente, o su grito de “check” en el medio juego; ¡o cuando el Profesor Maury le atacó la dama con la movida Cf3! y las negras, la llevaron repetidamente de un sitio a otro por la 5ta. fila (incluso, la llegó a soltar en una ocasión), hasta depositarla en a5; y todo esto, encaminado a distraer o desconcentrar al rival, para lograr disminuir su crucial ATENCIÓN.
Ya entrando en el análisis neurocientífico de este blitz, y apartándonos un poco de los entretelones sociales y los manejos de piratería de estos señores “ajedrecistas”, este juego de ajedrez relámpago – y mucho más al aire libre – ¡también favoreció la relación interétnica y cultural, de orígenes tan disímiles!, además de favorecer el objetivo lúdico del juego en ambos, y de desarrollar la actividad psicomotriz y sensorial de todo el organismo.
Asimismo, una partida de blitz, al ser su duración extremadamente corta – esta fue pactada a sólo tres minutos -, conmina a nuestra mente a tomar rápidas y acertadas decisiones (se calcula que entre 70 a 80 decisiones en una partida promedio). Pero, a los predios que queremos llevar nuestra exposición, por el gran impacto físico que genera una partida de ajedrez en nuestra mente, es al importantísimo elemento o categoría cognitiva propia, llamada LA ATENCIÓN.
LA ATENCIÓN como concepto: Es la toma de posesión por la mente, de un modo claro y vívido, de UNO entre varios objetos o cadenas de pensamientos simultáneamente posibles.
(William James, 1842-1910, Filósofo norteamericano y considerado el Padre de la Psicología Moderna).
La palabra atención, deriva de la expresión latina»attendere» (que significa “tender hacia”) y, no tenga usted la menor duda: el modo en que desplegamos nuestra atención, determina lo que vemos.
Les cuento primero, una historia … ¿simpática?:

Una macabra máquina para castigar criminales – ¿o freírlos? – conocida como la silla eléctrica, fue inventada en 1889 por un ayudante de Thomas Alba Edison, nombrado Harold P Brown …; y sorprendentemente, sus fabricantes enseguida recibieron un pedido de tres unidades desde el lejano reino de Abisinia (actual Etiopía), donde reinó el emperador Menelik II desde 1889 hasta 1909.
Pues bien, estas “máquinas” jamás pudieron ser estrenadas, por la sencilla razón que en este país – al igual para ese entonces, que en la gran mayoría de los países del mundo – ¡no contaba aún con la energía eléctrica … ¡alguien no le prestó atención a ese “pequeño detalle”. [Nota anexa: Lo sucedido a ese asesor (s) del emperador … sería para otra historia].
La “regla de oro” de la atención: Nos permite centrarnos solo en un estímulo a la vez; a veces puede ser más de uno …, pero solo si son fáciles.
Datos ejemplarizantes de esto:
& Al menos el 14% de los accidentes de tránsito están relacionados con el uso del celular al conducir, lo que en números fríos representan 1,3 millones de muertes y 50 millones de personas heridas (BTR. Consultante de riesgo tecnológico).

& Un estudio internacional de Traffic Injury – que lo sitúa en un 30% – revela que cuando un conductor tiene una conversación telefónica o envía un mensaje de texto por el celular, su grado de atención se reduce tanto como si superara la tasa de alcoholemia permitida en España (0,5 gramos/litro).

Coordinar nuestra atención en lo que vemos + lo que sabemos→ enriquece nuestro funcionamiento cognitivo (“de la mente”).
La atención conlleva filtrar todos los estímulos (percepciones, sean visuales, auditivas, táctiles) del entorno, para lograr un equilibrio adecuado entre estos y unirle un significado emocional a los mismos. Pero tenga en cuenta también que, el foco atencional se centra tanto en estímulos externos antes mencionados, como en los contenidos de nuestra memoria e imaginación.
Por otro lado, la atención disminuye notablemente cuando estamos ansiosos, enfadados o contrariados. También disminuye cuando, el cerebro entra en modo “por default”, y comienza a divagar (o “descansando despierto”), y esto sucede cuando:
1.- Reflexionamos sobre nuestra situación personal 2.- Cuando estamos evocando o “recuperando” recuerdos autobiográficos y 3.- Cuando nos ponemos a “comparar” nuestros pensamientos con los de los otros …
¿No les parece esta situación, muy común al escenario “psicológico” durante una partida de ajedrez? O más importante aún, cuando vamos caminando por alguna “zona peligrosa” o algún tren subterráneo de cualquier gran urbe del mundo, y nos encontramos tan ensimismado en nuestros propios pensamientos o con nuestros celulares y, NO LE PRESTAMOS ATENCIÓN A SUTILES SEÑÁLES PELIGROSAS DE NUESTRO ENTORNO.
En resumen, este vídeo, que nos muestra fehacientemente todas las triquiñuelas de lo que son capaces de realizar los “ajedrecistas cazadores” en Washington Square Park con el fin de disminuir notablemente la atención y concentración de sus cándidas presas, nos demuestra que La Atención es uno de nuestros “interruptores” más preciados para enlazarnos totalmente con el mundo que nos rodea, y que, si no la “cultivamos o la protegemos” muy bien, podremos ser “desconectados” fácilmente de él.