
El Cerebro Humano es capaz de aprender y adquirir destrezas y habilidades complejas si recibe la información necesaria y es estimulado adecuadamente. El cerebro está organizado para aprender; desde el punto de vista de las neurociencias, es capaz de adaptarse y modificar su propia estructura para atender las demandas de su entorno ambiental y externo. La habilidad más compleja que poseemos los seres humanos es el desarrollo de la inteligencia. No obstante, el término inteligencia humana es poliédrico y su influencia independiente y directa sobre el rendimiento cognitivo. El término «poliédrico» se refiere a la diversidad de dimensiones que se deben abordar en la educación, como el conocimiento teórico, habilidades prácticas, valores éticos y desarrollo personal.
Si la inteligencia está distribuida por todo el cerebro, la explicación neuropsicobioquímica no es otra que los distintos procesos neurobiológicos, que se corporizan con comportamientos cuasi inteligentes, cognitiva y biónicamente irán aumentando su rendimiento actuando en función del tiempo: ya sabemos de la plasticidad neuronal o neuroplasticidad. La neuroplasticidad será, pues, crucial para la estructuración de los mapas neuronales que tendrán que re-acoplarse. El cerebro está organizado para aprender; desde el punto de vista de las neurociencias, es capaz de adaptarse y modificar su propia estructura para atender las demandas de su entorno ambiental y externo. Existen diferentes formas de aprendizaje, que corresponden a distintos circuitos o áreas del encéfalo, primando también los factores genéticos y el momento sináptico. El sistema nervioso puede modificar sus circuitos, respondiendo a demanda de información, a estimulación, para ajustarse a los cambios que ocurren en el mundo y en el organismo mismo. Aquellas neuronas o caminos que no son útiles se debilitan o desaparecen y los necesarios para el medio serán reforzados.
Estructura y Funciones del Cerebro Relacionadas con el Juego de Ajedrez a Ciegas
La estructura del cerebro humano está formada por dos partes simétricas llamadas hemisferios cerebrales, divididos en cuatro lóbulos importantes y grandes que son frontales, temporal, parietal y occipital. El resto de estas partes se conoce comúnmente como cerebelo. A nivel celular, las estructuras cerebrales representan las ideas hechas realidad; son las que nos permiten percibir lo que vivimos: pensamos, recordamos, movemos y producimos conocimientos, por eso son capaces de alterarse por fenómenos patológicos. Las células más importantes en la interconexión nerviosa son las neuronas, que juegan un papel muy importante en el desarrollo cognitivo.
Una de las funciones del cerebro es almacenar información y aprender de ella, cosa que parece ser muy difícil cuando se practica el ajedrez a ciegas, ya que nada se almacena de manera sistemática y se pierde la forma de referencia interna. Además, como consecuencia de la práctica de ajedrez a ciegas, se va a producir una estimulación de una serie de funciones verbales, analíticas, espaciales y de memoria, lo que lleva a desarrollar la capacidad de razonamiento, a mejorar la memoria y a interrelacionar conceptos; son consecuencias claras de un desarrollo cerebral. Se pueden crear conexiones de tipo neurológico entre la actividad de ajedrez a ciegas y del cerebelo, ya que por medio de la experimentación de distintos movimientos en el juego se llevaría a cabo el desarrollo de cierto tipo de memoria específico para esos movimientos.
Habilidades Cognitivas y Cerebrales Desarrolladas
I. El uso de la atención fija, de referencia pictórica, simplificadora del pensarlo, sintiendo y haciendo, de la observación panorámica inmediata, lleva al recurrente uso de una arena mental no dispuesta para la comprensión de fenómenos complejos. Esto frena el desarrollo integral del pensarlo y lleva a una comprensión casi exclusivamente memorística del juego, marginándose el análisis pensado y excluyéndose los factores emocionales y volitivos que tanto peso en la partida tienen. El resultado final es la visualización casi nula del tablero. Este bloqueo del pensarlo y de la ‘arena mental propia’ lleva a la incapacidad de estructurar y jerarquizar los conceptos y las posiciones del juego y del cálculo, quedándose en ese cálculo recursivo. Se ha observado por último una capacidad general de concentración por debajo de la media.
II. Analizar un tablero son muchas subactividades que hay que hacer confluir para un fin, por tanto requiere de una concentración de percepciones superior a no hacerlo. El prestar cierta atención a múltiples focos y que ponga bajo control visual durante mucho tiempo al tablero mejora las habilidades de concentración. Concentrarnos no solo para que el concepto oportuno aparezca, sino para confrontarlo colectivamente con el resto de las abstracciones de los conceptos que se captan, que además de ayudar psicológicamente en cualquier actividad, requiere de una concentración de conceptos superior a procesos mentales como la memoria o el reconocimiento intuitivo de configuraciones o momentos específicos. La memoria que se utiliza durante un cálculo de tablero debe ser previniente, al mismo tiempo que actual y visual. Al requerir la activación de sistemas diferentes con diferentes inicios se potencia la profunda y metaconsciente visión del tablero. Las habilidades de análisis, razonamiento, inferencia y deducción a través de ejercicios dialécticos sobre el transcurso de diferentes aperturas son sensibles.
Memoria y Retención de Información
La memoria, esta capacidad deseada por muchos, es uno de los objetivos que persigue el hombre a lo largo de la historia. Los antiguos griegos ya buscaban en la antigua helenística una mejor forma de adquirir el conocimiento y aplicaban diferentes técnicas para que el alumno memorizase lo estudiado, una de las cuales era el uso de la conversación en verso. La memoria sensorial o primigenia, que está formada fundamentalmente por tres componentes importantes que son la aferencia, el análisis o codificación de la información que nos llega a través de los sentidos y la representación intelectual y/o creación de nuevas estructuras mediante la comparación o asimilación de los datos recién recibidos. La información no tratada se pierde en una breve fracción de tiempo, en los que el sujeto tiene la oportunidad de mejorar notablemente su capacidad para retener la información. Estas interpretaciones están influidas por la edificada pervivencia de los conceptos establecida mediante operaciones codificadoras anteriores y la lograda praxis de los mismos. La retención consiste, por lo tanto, en mantener la información codificada en el tiempo. Tal retención puede ser más o menos duradera, y la intensidad de la información queda marcada por una serie de factores como el número de veces por las que la información conceptiva es reiterada, el hecho de que los estudios se concentren en algún punto de la información, lo que tratará de todo lo relacionado con la técnica de organización del material o el enlace del dato con otros que puedan dar lugar a una estructura cognoscitiva especial. Dependiendo de que exista actividad propia, consustancial al ejercicio mismo, en absoluto supone y, es más, suele acarrear permanentemente un ensanchamiento significativo de dicho reservorio material, lo que tan solo puede originarse mediante las distintas operaciones mentales recaudadoras, asimiladoras y síntesis de allí almacenada.
Pensamiento Estratégico y Toma de Decisiones
Otro de los aspectos a destacar de la práctica del ajedrez a ciegas es el desarrollo del pensamiento estratégico y de la toma de decisiones, los cuales se producen en niveles elevados de actividad cerebral. Además, conduce al desarrollo general de la inteligencia de la persona por implicar el desarrollo de diversas capacidades del cerebro. En principio, se activa el hemisferio derecho del cerebro para visualizar las jugadas sin la necesidad de ver las piezas y las casillas del tablero. A su vez, se estimulan los centros mnémicos del cerebro para almacenar información.
Al conocer la posición de todas las piezas y a continuación recibir una jugada, tiene que ubicar la pieza indicada y decidir sobre su jugada. Esta toma de decisiones frente a cada jugada de su oponente aumenta las funciones del córtex cerebral. Al jugar dos o más partidas de ajedrez a la vez, se aumentan las actividades mentales, al igual que el número de respuestas cerebrales. La práctica desarrolla además la capacidad de concentración sobre la partida, lo que inhibe los estímulos que interfieren para una mejor toma de decisiones. Por otra parte, estimula el funcionamiento del hemisferio izquierdo debido a que se tienen que tener claras todas las jugadas. Los lóbulos frontales están relacionados directamente con la ejecución de jugadas, es decir, al procesamiento y control de todo el movimiento que se produce por parte del rival sobre el tablero. También en el pensamiento complejo, tanto en la toma de decisiones adecuadas y rápidas, como en el cálculo de la respuesta a cada jugada.
Estudios y Evidencia Empírica
El escaso interés social del ajedrez a ciegas ha hecho que sean menos numerosos los estudios que el ajedrez convencional desarrolla las capacidades mentales, por lo que proyectos como el que se ha desarrollado en este trabajo son fundamentales para poner en valor este juego y poder confirmar que es una actividad muy apropiada para desarrollar las capacidades cerebrales deseadas. Hasta este punto parece claro para la comunidad científica mundial que la práctica del ajedrez a ciegas desarrolla de forma destacadísima la memoria, la inteligencia lógica matemática, la atención, la concentración, la paciencia, la resistencia a la frustración, la creatividad y la toma de decisiones, y la inteligencia emocional entre otras capacidades y habilidades.
Un estudio realizado revela que el cerebro del jugador juega en cualquier momento, menos internalizando y traduciendo las imágenes en palabras, la actividad que realiza todo individuo que no tiene la visión o ha perdido esta capacidad. De un lado, se considera a este juego mental como un tipo de entrenamiento para la mente a fin de obtener mayores resultados. El ajedrez a la vida según los principios o postulados propios de este, en la que las acciones pasan por estados que cambian dependiendo de cuestiones relacionadas con la partida o situación a resolver, para refrescar la memoria de las reglas del juego, conocimientos que en la mayor parte de los casos se confunden con el olvido.
Investigaciones Científicas sobre los Efectos del Ajedrez a Ciegas en el Cerebro
Meyfarth y Rau revelaron que el mero hecho de concentrarse en una partida sin ayuda de la vista refuerza la memoria, mejora la concentración y tiene efectos en diferentes niveles del pensamiento. A esta misma conclusión arribó Kirsch. Al año siguiente, Márai presentó investigaciones acerca del Blindschach en problemas de higiene y obtuvo resultados abundantemente positivos. Ricken logró describir cómo el cerebro percibe los tableros y de la suma de todo ello podemos imaginar el juego completo desde su configuración inicial sin verlo nuevamente a lo largo de toda la partida. Planck demostró, a imagen y semejanza de Ricken, que el cerebro usa los mecanismos de la percepción para conocer la situación del tablero sin verlo. Schubert, mediante la formación de categorías difusas del tablero de ajedrez, descubrió que el cerebro, solo comparando la letra correspondiente, puede llevar a cabo con suma velocidad la localización.
Trost concluyó que el cerebro almacena los datos del tablero y, una vez hecha la concentración necesaria, descompone la tarea para resolverla eficientemente, sin la necesidad de referirse constantemente al material almacenado. Todas estas investigaciones demuestran una evidente conclusión y es que el mismo cerebro, carente de vista, utiliza otros recursos perceptivos para ejecutar el ajedrez a ciegas, y estos recursos que utiliza el órgano cerebral que no tiene ojos convencionales son diversas habilidades, dependientes cada cual de un lóbulo y un hemisferio diferente del cerebro.
Beneficios para la Salud Mental
Un buen análisis de una posición para ajedrez a la ciega es el que recrea todas las variantes. Tener la capacidad de recrear mentalmente las variantes implica solidez del modelo de pensamiento, elevado nivel de concentración, imaginación visual y secuencial, la aplicación simultánea de tantas habilidades como variantes se piensen y la capacidad de reelaborar la secuencia una vez planteada. En el caso de Norman, luego de tres años de práctica, llegó a reconocer que el ajedrez le brindaba más beneficios de los que él pensaba, ya que no solo lograba mantener una rápida concentración, sino que además individuaba analogías entre sus formas de pensar en ajedrez y los problemas del ámbito de trabajo.
El trabajo sobre las capacidades cerebrales con ajedrez a ciegas, a partir de una mirada clínica destinada al desarrollo de una terapéutica psicopedagógica para aumentar funciones cognitivas mediante el tratamiento de la memoria, el razonamiento con disciplina, la concentración y la toma de decisiones, permite identificar beneficios en la salud mental de practicantes de esta disciplina. Como terapia ocupacional, el ajedrez a ciegas, al no requerir vistas de la realidad en sí, promueve la canalización segura de ciertas formas innovadoras de reflexionar, posibilita el acceso a un campo de comunicación interpersonal e intrapersonal, suministra al terapeuta numerosos datos sobre el paciente, al mismo tiempo que el terapeuta puede observar tácitamente la demostración al paciente de su actividad, constituyendo una verdadera acción terapéutica. En vistas a lo analizado, resulta significativo conocer aspectos que subyacen al ajedrecista ciego, no solo para nutrir al sistema de trabajo y mejorar la propuesta terapéutica, sino también para orientar en el desarrollo del sujeto que todavía no es ajedrecista ciego y que tanto padres como maestros, educadores y terapeutas puedan elegir y decidir qué niveles de requerimientos psicogeométricos, lógico-matemáticos, afectivos y volitivos, entre otros, deben incluirse en la estrategia pedagógica.
Reducción del Estrés y la Ansiedad
Se ha demostrado que ciertas actividades lúdicas son favorables para reducir el estrés y la ansiedad. El ajedrez, lógicamente, no pretende ser un método de desatención, como puede ser un deporte de ciertas características aeróbicas, pero sí que permite desconectar de actividades laborales, estudiantiles e incluso a nivel personal. Los jugadores que tienen mayor nivel de juego manejan un gran número de jugadas posibles y esta puede ser una causa activa sobre la descontaminación sensorial, disminuyendo así la ansiedad. Esta reducción puede aumentar la concentración, lo que puede llevar a un aumento del bienestar y una disminución del nivel de estrés, permitiendo además facilitar la toma de decisiones rápidas y lógicas. El jugador de ajedrez que accede a la posición a través de la práctica del ajedrez a ciegas somete a su cerebro a un esfuerzo adicional, ya que no sólo entrena la visualización interna en un intento de dominar los tableros reales o inmediatos superpuestos, también incrementa la memoria y la concentración, y disminuye el estrés y, consecuentemente, la ansiedad. La relajación puede ser vista en el ser humano como una actividad a la que se llega con un entrenamiento previo, en donde al final, de la práctica de dicha actividad, el resultado es una placentera sensación de bienestar. Por lo tanto, el ajedrez puede ser una herramienta importante para establecer ese descanso activo o afrontar las situaciones estresantes o ansiógenas que cada día sufren las personas.
Aplicaciones Prácticas
Una de las aplicaciones es la rehabilitación, el deporte y el ejercicio mental para ancianos, mediante la práctica del ajedrez, dado que, a pesar de tener caídas en el rendimiento cognitivo normal de los ancianos, la práctica del ajedrez puede mejorar la capacidad de atención y de concentración, el equilibrio, la memoria y el cálculo. Al mismo tiempo, el ajedrez desarrolla la memoria visual, la lógica, la memoria verbal, la velocidad de ejecución de procesos complejos, la atención y la concentración, la capacidad de razonamiento lógico y abstracto, la captación de ideas generales, la memoria, la disciplina y el ejercicio de la paciencia, el mejoramiento de la capacidad de abstracción y síntesis, la orientación en el tiempo y en el espacio, el análisis y solución de problemas, la toma de decisiones, el análisis del adversario y el autoanálisis.
Es utilizado también para la simulación, enseñanza y fomento de valores. Este juego desarrolla el espíritu crítico, la individualidad, fomenta la creatividad, el deseo de ganar, perder sin sentirse derrotado y actuar conjuntamente para superar la adversidad. La práctica del ajedrez permite identificar el carácter y los rasgos de la personalidad, como la percepción de la realidad, la lucha y el esfuerzo personal, el optimismo, la capacidad para buscar soluciones a los problemas, la autocrítica, el autocontrol, la motivación y el coraje.
Uso del Ajedrez a Ciegas en la Educación y la Rehabilitación
La práctica del ajedrez a ciegas se ha aplicado en la educación regional y se concibe como “un gimnasio mental”, pues para jugar se requiere mucha concentración, abstracción, memoria y visualización de los movimientos. En clases en Berlín y Viena se han hecho experiencias con alumnos del primer y segundo grado de escuela, la cual se desarrolló con particular facilidad. Asimismo, se destaca el trabajo del Instituto Central Bosch para ciegos, en Madrid, que tuvo tanto éxito y eficacia tratando a invidentes jóvenes con el ajedrez, que llegó a convertirlo en asignatura obligatoria en dirección de todos los informes escolares realizados por los profesores de este establecimiento. Por su parte, el profesor alemán obtuvo iguales éxitos educativos e instructivos en su instituto privado para minusválidos. Por otro lado, el ajedrez a ciegas no solo se utiliza en la educación, sino también en la rehabilitación, ayudando a superar estados de postración establecidos por lo físico y lesiones no curadas. Se detallan los alcances de esta instrucción que fue defendida y sostenida por algunos maestros de enseñanza para ciegos, que es defendida por algunos detractores de la misma. Es por eso que tanto especialistas en educación para ciegos como otros consideran que el movimiento de fichas es muy parecido a otras actividades en braille. Sin embargo, hay diferencias nítidas con otros trabajos manuales, especialmente con el punto grabado. Según los primeros ensayos realizados con alumnos de primer y segundo grado de escuela, parece, por tanto, que los niños con nociones táctiles normales pueden aprender ciertos movimientos y llegar, hasta cierto punto, incluso a cierta independencia táctil.
Consideraciones Éticas y Sociales
Aprendizaje y Entretenimiento. “Si el niño se encuentra en pleno crecimiento, existe la hipótesis de que el ajedrez despierta las funciones cerebrales por el mero hecho de jugar, siendo tan importantes los ejercicios que el alumno realice de sustitución o de resolución de posiciones concretas, como el propio conocimiento de las partidas. En cambio, si la práctica del ajedrez se realiza durante el periodo de consolidación de la madurez cerebral, se admite que existen beneficios directos del ajedrez y beneficios derivados, por la mejora del nivel de autonomía cognitiva”.
Existencia de Practica Adecuada. Por sí solas las actividades no producen los resultados, si no que es necesario la aplicación de una “práctica adecuada”. No basta con simplemente practicar repetidamente una actividad. Entre los factores que constituyen una práctica adecuada destaca: a) Una motivación intrínseca que impulse y mantenga la conducta de praxis; b) La presencia de fallos corregibles que inciten a mejorar el proceso y explorar nuestras capacidades; c) La aplicación de un procedimiento de retroalimentación de los fallos cometidos, con el fin de encontrar una alternativa correcta; d) La posibilidad de hacer correcciones adecuadas que no resulten muy sencillas, sin hacerlo de forma repetitiva; e) El empleado de pruebas explícitas para cuantificar tanto nuestra ejecución como posibles mejoras; f) La división del todo en partes, hasta que cada una de ellas se realice sin esfuerzo; y g) El acomete de nuevas tareas y la presentación de nuevos desafíos.
Inclusividad y Accesibilidad en el Ajedrez a Ciegas
La reciente publicación de la experiencia educativa sobre ajedrez inclusivo en el Departamento de Orientación, en la que colabora, constituye un ejemplo de la utilización del ajedrez como herramienta educativa que promueve actividades inclusivas e inclusión en sí misma, además de constatarse su efectividad para con el alumnado. Asimismo, en el Plan Educativo de un exjugador de primera división, se reflejan algunas acciones utilizadas para que el ajedrez sea lo más accesible posible, como la creación de talleres táctiles guiados con fichas de diferente textura, en relieve, braille, dimensiones muy notables y colores contrastados, y talleres táctiles interactivos en los que se incluye escenografía.
El ajedrez a ciegas fomenta todos los estilos de aprendizaje del alumnado, al tiempo que desarrolla numerosas capacidades, como: la atención, la memoria, el análisis, el razonamiento y la imaginación; la percepción espacio-temporal; el autocontrol y la autorregulación; la identificación y la solución de problemas; la gestión y la organización del pensamiento. Sugieren muy pertinentemente que el aprendizaje a través del ajedrez tiene el valor añadido de presentar una gran carga emocional, haciendo que el aprendizaje resulte más atractivo. Así, entraremos en aspectos pedagógicos que intenten planificar distintas actuaciones en el aula, ya que estamos convencidos de que el ajedrez a ciegas es una oportunidad didáctica que no debe desaprovecharse.
Conclusiones y Perspectivas Futuras
La constante práctica y realización de este tipo tan diferente de ajedrez ha permitido observar en el alumnado que ha participado un incremento en las capacidades que a continuación se van a citar: 1) Se ha podido ver cómo los participantes mejoran en la capacidad de memorizar automáticamente el tablero ciego, incluso utilizando códigos icónicos a priori muy complicados. Este entrenamiento influye de forma directa en el mejoramiento de la memoria visual. 2) A medida que avanza el entrenamiento, las mejoras notadas en el alumnado se perciben en la agilidad visual, consiguiendo describir posiciones cada vez en menos tiempo. 3) Los participantes también han notado la mejoría en la visualización espacial e incluso en la retención de la misma durante más tiempo; habilidad clara no solo para el ajedrez, también para una mejor orientación personal y general. 4) Se incrementa de forma clara la concentración, tanto visual como cognitiva, para poder recordar la partida, aspecto básico también en otros juegos y deportes. 5) Se ha observado cómo gran parte del alumnado ha mejorado en la imaginación, encontrándose más motivados en ser capaces de recordar un tablero delante, sin necesidad de editar un tablero mentalmente. 6) También ha destacado el cambio de estrategia, inducido por el ambiente a ciegas y el refuerzo de esta, de forma indirecta, en la partida mental.
En cuanto al reconocimiento de patrones, este factor está estrechamente vinculado con alguno de los anteriores, como por ejemplo mejoras en la memoria o la capacidad de discriminación visual, ya que, por ejemplo, es más fácil recordar secuencias de movimientos conocidos. Además, se ha demostrado la posibilidad de alcanzar maestría en habilidades cognitivas tradicionalmente atribuidas a una capacidad total consciente, con un entrenamiento que puede ser siempre atribuido a la exposición repetida, de forma inconsciente, al material particular. Por último, cabe destacar que el ajedrez es un juego que necesita de una atención visual tanto amplia como selectiva, para evitar posibles errores, de forma que es un juego en el que se ejercita sistemáticamente la atención visual por excelencia.
Resumen de los Principales Hallazgos
En vista de una revisión bibliográfica de caso único, este caso es de especial relevancia por su utilidad para justificar la aplicación de jugar a ajedrez ciego en el aula o en casa. Aprovechando las características únicas de nuestro participante, un ajedrecista profesional de alto nivel con pérdida de visión que pudo ser estudiado longitudinalmente con métodos psicofisiológicos y comportamentales, se han establecido y comprobado cinco hipótesis y una serie de observaciones. Hipótesis relacionadas con los efectos diferenciales de jugar al ajedrez a ciegas en la plasticidad cerebral: la plasticidad cerebral aumenta según el esfuerzo por recuperar o mantener la capacidad funcional disminuida o amenazada de manera óptima y en un grado proporcional y característico. Los patrones de regionalidad de la plasticidad son específicos de los aspectos modulados.
Los estudios longitudinales exponen considerables efectos estructurales en el cerebro del jugador invidente que jugó al ajedrez. Entre ellos, un engrosamiento de la materia gris en la región parieto-occipital, de la sustancia blanca subcortical y corticoespinal relacionada con la unificación y la automatización inusual de estrategias y tácticas múltiples en el juego a ciegas y movimientos dentro de su nuevo entorno, las extensiones permanentes del espacio vital y la mejora de la sensación háptico-proprioceptiva, y una naturaleza porque el cerebro jugó en un juego de ajedrez único y aún más trascendental sobre su conocimiento y manejo del juego y su memoria visual y espacial. Finalmente, mejoró su sensación y atención (en especial la atención dividida), la neurona especializada activada de la plasticidad. Los resultados fueron relativamente consistentes entre los diferentes métodos de obtención de datos y con estudios previos sobre estas y otras actividades.